No sé si los años dan sabiduría o tienden a hacernos “desaprender”.
Cuando todas tus experiencias, esas que te dejan marcado, se
convierten en recuerdos que solo añoras porque cualquier tiempo pasado fue
mejor, tiendes a bucear en lo nuevo, en aquello que antes te parecía
inimaginable.
No creáis por mis palabras que ya lo tengo todo vivido o que
mi edad supera mucho más a la vuestra, auque si he de confesar que dejé hace
algunos años la treintena.
En todos esos pasos que he dado, topé de bruces con las
redes sociales. Hasta ese momento nunca me habían interesado. Inmersa en una
rutina desbocada, sin tiempo ni para mirarme en un espejo, mi necesidad de
expresarme pasó a un segundo plano.
Pero como la vida es así de perra, que te descoloca y
zarandea, casi de la noche a la mañana me encontré con un exceso de tiempo, un
ordenador y una red de ADSL.
Así entré en el mundo de experiencias compartidas, con
conocidos y extraños.
Primero fueron comentarios en un blog, luego mi propio blog,
Messenger (que época aquella), facebook y por último twitter.
Twitter fue un descubrimiento tardío y tímido. Me atrajo su
inmediatez, la pérdida de tus ciento cuarenta caracteres en un Time Line que
los absorbe con tal rapidez, que pasan a ser un destello, la oportunidad de
expresar un gran pensamiento en un par de frases que obligan a reflexionar y a
reir.
¿Quiénes estamos en twitter? ¿Qué hacemos en ese mundo
paralelo? Y no hablo de los “tuitstar”, ni de aquellos que promocionan algo,
hablo de los pocosfollowers sin pretensiones.
Uno de los últimos tuits que leí decía “Tuiteamos los que no
tenemos a quien escribir”
Gran verdad en pocas palabras, y si nuestra mayor parte del
tiempo la pasamos metidos en ese mundo, es tiempo que no dedicamos al real.
Hacemos saber el olor de la gente que está en el metro,
nuestro desayuno, comida y cena,si nuestra visita al baño fue fructífera,
nuestra rabia y nuestra alegría.
Seguramente cada tuitero tenga sus propias razones, las mías,
sin duda, no son más que poder contar las muchas cosas que me callo. Y esa
mujer a la que alguien lee, es la misma que vive en el planeta Tierra, solo que
la mayoría de las veces nadie la escucha, y si lo hacen, no puede permitirse el
lujo de sacar fuera todo lo que lleva dentro, porque los tsunamis destruyen y
arrasan, y mi tsunami interior está enfurecido por muchas causas.
Y así acabas lanzando mensajes a quien no te lee, un
desahogo breve, rápido e instintivo, que provoca una sensación de paz seguida a
veces de una dolorosa soledad.
Durante todo ese proceso, comienzas a interactuar, a ver
personas detrás de los avatares, a veces con vidas muy similares a la tuya, y
en otras ocasiones totalmente dispares.
Hoy un FAV, mañana un RT, pasado un DM….y esa cuenta tiene
un nombre, y resurge en tu interior la idea de una amistad porque sabe de lo
que le hablas, porque está disponible cuando tu también lo estas, porque hay “algo”
que compartes.
Sí, lo sé, también lo puedo encontrar en mi día a día, pero
mis momentos para hacerlo ya han sobrepasado la noche, o estoy metida en un
autobús camino de casa, trabajando, o enfrascada en la rutina que toca, y mi cabeza solo para cuando todo esta hecho,
cuando solo hay una luz encendida en casa, cuando tengo esa media hora de
silencio.
Twitter te proporciona una conexión permanente, que te
produce una desconexión perpetua. Una irrealidad de cosas que empiezan a
importarte y que realmente no importan. Te encuentras con quien da la cara, con
quien como tú se escoden tras otra imagen, con quienes hacen suya una personalidad
que no les corresponde, y al final es el juego del quien es quien de ínfulas paranoicas.
Deberíamos tomarnos ese saco sin fondo de palabras perdidas
como lo que es. El lugar para vomitar lo que nos hace daño, el de las risas que
aflojan nudos en la garganta, el de las reflexiones feroces, el de los deseos contenidos y también el de los
desatados, pero con la importancia de la desaparición inmediata. Del estoy hoy pero
ya me cansé para mañana, del de te escupo, porque aquí no eres persona, y te
halago porque te idealizo, del hoy te busco pero si desapareces me olvido.
Expresémonos, sacudámonos, gritemos y lloremos, riamos a
carcajada limpia….y descansemos cuando es mundo de los ciento cuarenta caracteres
sea más importante que en el que vivimos.
Solo importa si tú le das importancia.
@casi_gato
1 comentario:
tan cierto pequeña... me comenzare a actualizar de todo ... necesito tus consejos y tu sabiduria... de nuevo por estos lares...
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