No sé si los años dan sabiduría o tienden a hacernos “desaprender”.
Cuando todas tus experiencias, esas que te dejan marcado, se
convierten en recuerdos que solo añoras porque cualquier tiempo pasado fue
mejor, tiendes a bucear en lo nuevo, en aquello que antes te parecía
inimaginable.
No creáis por mis palabras que ya lo tengo todo vivido o que
mi edad supera mucho más a la vuestra, auque si he de confesar que dejé hace
algunos años la treintena.
En todos esos pasos que he dado, topé de bruces con las
redes sociales. Hasta ese momento nunca me habían interesado. Inmersa en una
rutina desbocada, sin tiempo ni para mirarme en un espejo, mi necesidad de
expresarme pasó a un segundo plano.